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Los jesuitas y la educación (y III)

Siguen apareciendo noticias y comentarios por todos lados sobre el proyecto Horizonte 2020  de los jesuitas de Cataluña. Hablan de un proyecto pedagógico sin dar ningunas referencia. Los jesuitas sí tienen un modelo propio. De él hemos hablado en las dos entradas anteriores de Redes Abiertas . Ahora aparece además en el blog de UNIMOOC. Sin embargo nadie cita experiencias con consistencia y fundadas, como la de Carl Reidsema​. de la Universidad de Queensland.

Fuente:  OLT: Flipped classroom Project. The University of Queensland (UQ). Institute for Teaching and Learning Innovation (ITALI).

Pero continuemos
Hasta aquí hemos visto que, aunque los jesuitas quieren adaptarse a la escuela del siglo 21, recopilando aspectos y facetas vigentes o emergentes, hasta ahora solo por el enunciado de los epitomes de las tendencias más notables, no pueden ignorar su historia y su tradición. Así hemos visto algunos de los rasgos más notables que configuran la Pedagogía de los Jesuitas y de su documento base la Ratio Studiorum.
Prescindimos de forma deliberada de la denominación Pedagogía Ignaciana, por varias razones, pero sobre todo porque San Ignacio de Loyola es una figura eminentemente religiosa y como tal constituyen su persona, su vida y sus escritos, una base y unos fundamentos que inspiran la acción educativa. En lenguaje de hoy constituyen los valores de la teoría. Por tanto no se deben ignorar. Todo lo contrario, sin ella es imposible comprender la pedagogía jesuítica, pero ésta como teoría implícita y sobre todo como sistema de práctica pedagógica va mucho más allá.
La proyección de este modelo hoy está nítida y suficientemente estudiado por María del Carmen Labrador Herráiz  en los siguientes  libros y documentos:

Y también en:
Como cuestión aparte y más vinculado a la historiografía social de la educación, merece la pena citar,  al menos de pasada, la obra de los jesuitas en Iberoamérica, que básicamente está constituida por las reducciones jesuíticas, como forma no solo de educación sino de convivencia y de producción en torno a la escuela. Sobre este tema hay una significativa aportación igualmente de María del Carmen Labrador Herráiz  en el trabajo  Las reducciones del Paraguay, una experiencia educativa singular
Por lo demás los contenidos, métodos y, en general, la organización de la enseñanza de los colegios de esta orden se han adaptado, como no podría ser de otra forma a las sucesivas legislaciones y reformas españolas, en nuestro caso: A la LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE y se supone que ahora a la LOMCE. 
Los colegios Jesuitas de Cataluña, como no podría ser de otra forma, están incluidos en la organización de Escuelas Cristianas de Cataluña, un colectivo que se configuró a partir de 1977 cuando el cardenal Jubany crea el Consell de l'Escola Cristiana de Catalunya, con un Secretariado Ejecutivo. De esta forma los Colegios Jesuitas han estado adheridos al Consell, han participado activamente en las iniciativas del Secretariado, con la elaboración de recursos y la dinamización de servicios y de comunidades educativas, formando un todo cohesionado junto con un total de  434 escuelas, donde se educan 264.000 alumnos de los diferentes niveles y etapas del sistema educativo español.
El Secretariado Cristiano de Cataluña ha impulsado estudios y documentos que han constituido la vanguardia de la innovación pedagógica en nuestro país. Personalmente puedo decir que mis primeros contactos con el diseño instruccional, y muy particularmente con las teorías y procedimientos de secuenciación de contenidos lo tuve a través de los documentos de este Secretariado, en particular del Documento 3: Secuenciación de contenidos de enseñanza y principios pedagógico-didácticos, de la colección

SECRETARIADO DE LA ESCUELA CRISTIANA Proyecto Curricular de Centro: qué es, qué pretende, de qué consta y cómo se elabora. (Documento l: El Proyecto Curricular de Centro como instrumento de renovación de la escuela; Documento 2: Concreción de los objetivos generales y contenidos de la enseñanza; Documento 3: Secuenciación de contenidos de enseñanza y principios pedagógicodidácticos, y Documento 4: Diseño del proceso de evaluación y organización general del Centro). Secretariado de la Escuela Cristiana. Barcelona, 1991.
(Obtenido de aquí)

En conclusión, la pedagogía jesuítica es eminentemente práctica, este documento (PEDAGOGÍA IGNACIANA Un planteamiento práctico) es un claro exponente de su metodología: Representantes de distintas áreas, en distintas zonas, ponen en común su experiencia y elaboran las guías para las distintas áreas de actuación: La acción, la reflexión, la evaluación,…
Es una forma muy parecida a la que utilizan los partidos políticos y las grandes empresas. Nada que ver con el esquema que tantas veces hemos propugnado para el diseño instruccional:
Basado en este otro:
Y que actualmente estamos utilizando, por ejemplo, en el curso “El diseño instruccional de cursos abiertos on-line”

Ni con el que utilizan las modernas corporaciones como por ejemplo Que guarda un cierto paralelismo con el esquema de Coursera  (CIT,2013) y del de Fink (2003)

No obstante hay que dejar constancia de los trabajos realizados por el equipo del ICE de la Universidad de Deusto, y en particular de Concepción Yáñiz (2008 y 2006) a través de la revista y Asociación REDU, sobre diseño instruccional, organización de la enseñanza y de la evaluación basadas en competencias, para la docencia universitaria. Pero que aún siendo un trabajo exhaustivo y muy meritorio no pasan de ser recensiones sobre el tema, sin proyección sobre la práctica.

Conclusión

La pedagogía jesuítica estuvo bien para su época y para un cierto sector de la población ahora, así como para unos perfiles de alumnos y de familias, además ha hecho un serio esfuerzo para integrar a partir de las directrices de la reforma educativa de la LOGSE (que no pasaron de instrucciones administartivas y de directrices seguidas burocráticamente por la inspección  educativa, y con un sentido burocratizado y estamentizado de la formación del profesorado) para incorporar de esta forma aspectos de las teorías cognitivistas y constructivistas del aprendizaje, eso se ve en sus documentos, pero de forma que no pasan más allá de lo puramente enunciativo.
No obstante en los rankings de calidad  de centros de primaria y de secundaria españoles siempre aparecen centros jesuitas. Sin embargo  es una pedagogía centrada en el contenido. Como vemos en sus documentos, se ha desarrollado prescindiendo de las modernas teorías que estudian cómo aprenden los alumnos y basan en ellas la organización de la enseñanza. Eso es contradictorio con la educación postindustrial centrada en el alumno, personalizada.
Pensamos que, como otras veces, ésta es una ocasión en que incorporan, con un sentido de la oportunidad muy próximo al marketing,  la “pedagogía  de moda”, más allá de que todo lo que se ha elaborado e investigado sobre el nuevo paradigma de la educación postindustrial. Sin que haya calado realmente.
Sin embargo pensamos igualmente que la institución jesuítica podría hacer gala de los reflejos que ha manifestado en otras ocasiones para ponerse a la vanguardia de las innovaciones. Pero para ello hará falta un decidido propósito de adoptar los cambios más allá de lo meramente superficial o cosmético. Para ello es condición indispensable estudiar y analizar a fondo todo lo que en estos años no han abordado de las teorías del aprendizaje, incorporando los resultados de las investigaciones y de los sistemas teóricos que las integran, y las metodologías de investigación y de evaluación formativa centradas en el diseño, que enlazan las teorías con la práctica del cambio.
Es evidente que se hace imprescindible para ello contar con sólidos equipos y centros de investigación. Ya hemos señalado algo en este sentido cuando hemos hablado del ICE de la Universidad de Deusto.
Para los que trabajamos en estos temas sería una alegría que así fuera y en la modesta posición que algunos ocupamos en la edición y en la organización de campus virtuales estaríamos contentos de facilitar ese proceso de normalización en la comunicación y en la circulación de ideas, y en los ecosistemas de investigación que hay en la web social.

Referencias
Fink, L. D. (2003). A self-directed guide to designing courses for significant learning. University of Oklahoma, 1-35.
Yániz, C. (2008). Las competencias en el currículo universitario: implicaciones para diseñar el aprendizaje y para la formación del profesorado. REDU. Revista de Docencia Universitaria, 6(1), 1-14. http://red-u.net/redu/index.php/REDU/article/view/59
Yániz Álvarez de Eulate, C. (2006). Planificar la enseñanza universitaria para el desarrollo de competencias. Educatio siglo XXI, 24.

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